Mala calidad del aire
Causas, consecuencias y cómo combatirla
El índice de calidad del aire comprueba si el aire es bueno o malo, midiendo los contaminantes contenidos en el ambiente. Aquellos que ponen en peligro nuestra salud y, en determinadas circunstancias, favorecen enfermedades respiratorias.
En este artículo te contamos cómo saber si la calidad del aire es mala y las medidas que puedes tomar para mejorarla.
¿Cómo se determina la calidad del aire interior y exterior?
Las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales, según sus competencias establecidas en la legislación vigente, son responsables de gestionar las redes de medición de datos de calidad del aire. En la actualidad, las redes de vigilancia de la calidad del aire ambiental en España, cuentan con más de 600 estaciones de medición fijas, distribuidas por todo el país. El número de analizadores supera la cifra de 4.000.
Además, el servicio meteorológico mide la calidad del aire diariamente utilizando las directrices y normativas europeas que filtran la media diaria y media horaria de ciertos contaminantes.
Para este propósito, se ha creado un índice de contaminantes o índice de calidad del aire (ICA), que verifica la calidad del aire según un esquema de evaluación. El ICA define 6 categorías de calidad del aire con valores del 1 al 6: buena, razonablemente buena, regular, desfavorable, muy desfavorable y extremadamente desfavorable.
Existe la posibilidad de determinar la calidad del aire en cualquier casa o espacio con un dispositivo de medición de flujo certificado o un dispositivo de medición multifunción. Con esto, se puede medir el contenido de polvo fino, la humedad, así como el contenido de oxígeno y CO2 dentro del edificio.
Consejos para combatir la mala calidad del aire
A continuación, detallamos las principales causas de la mala calidad del aire y lo que se puede hacer al respecto.
Aire seco
El aire seco en el ambiente se genera, en particular, por la calefacción en invierno y un suministro insuficiente de aire fresco. Los estudios muestran que la ventilación regular también reduce el riesgo de infección.
Por eso es tan importante ventilar regularmente y de forma correcta. Con un humidificador o la ventilación controlada del espacio habitable, la humedad también se puede controlar con relativa facilidad.
El tráfico, la industria y los fuegos artificiales
El tráfico, la industria e, incluso, los fuegos artificiales generan altos niveles de partículas y óxidos de nitrógeno en el aire.
Los sistemas de ventilación pueden reducirlos, ya que, al igual que los automóviles, utilizan filtros de partículas. En nuestros Sistemas WOLF de ventilación de alto rendimiento utilizamos diferentes clases de filtros de partículas fabricados con la última tecnología y materiales de alta calidad, garantía y fiabilidad.
Moho
El moho es peligroso para la salud y su aparición se ve favorecida por la alta humedad.
Se puede contrarrestar la formación de moho si se ventila con regularidad, bien utilizando un sistema de ventilación completamente automático o simplemente con las ventanas.
Polvo y polen
El polvo no solo es dañino para las personas alérgicas, es una carga para los pulmones y, por lo tanto, para la respiración, al igual que el polen que también puede irritar las vías respiratorias.
Puedes reducir la cantidad de polvo en tus espacios pasando la aspiradora con regularidad, usando filtros de polvo fino y utilizando sistemas de ventilación mecánica que filtran el aire, reduciendo la severidad de los cuadros alérgicos y eliminando virus y las bacterias.
Emisión de sustancias químicas por pinturas y muebles
Algunos muebles, superficies pintadas o revestimientos para el suelo emiten químicos nocivos al medio ambiente y, por tanto, provocan una mala calidad del aire.
Siempre que compres muebles, juguetes para niños y otros artículos, busca las etiquetas y los sellos ecológicos adecuados y si compras una casa nueva recuerda ventilarla mucho al principio.
Ventilación doméstica
CWL-2
El más compacto de su gama, extremadamente silencioso y altamente eficiente: así es la nueva serie de dispositivos CWL-2 de WOLF.
¿Cuándo es mala la calidad del aire?
Los seres humanos necesitamos alrededor de ocho litros de aire por minuto. En consecuencia, la mala calidad del aire tiene un impacto negativo en la salud de todos los residentes. A los virus y gérmenes les gusta propagarse en el aire seco y caliente y nos enferman más rápidamente.
Los niveles elevados de contaminantes en el aire, como CO2 y polvo fino, afectan al rendimiento y la concentración. Los dolores de cabeza también son una posible consecuencia. El aire natural se compone de:
- Nitrógeno (N2): 78,08 %
- Oxígeno (O2): 20,95 %
- Argón (Ar): 0,93 %
- Dióxido de carbono (CO2): 0,04 %
Si se exceden los valores medidos del índice de calidad del aire, la Agencia Estatal de Meteorología habla de contaminación atmosférica. La atención se centra a menudo en los valores de polvo fino y la proporción de óxidos de nitrógeno en el aire. Las características de un aire malo incluyen:
- Alto contenido de CO2: si las habitaciones no están suficientemente ventiladas, la concentración de CO2 en el aire aumenta.
- Mala humedad: la humedad relativa dentro de un edificio debe ser del 40 al 60 %. Si la humedad del aire es demasiado baja, provoca sequedad de las membranas mucosas; si es demasiado alta, favorece la acumulación de gérmenes y la formación de moho.
- Óxidos de nitrógeno: gases como, por ejemplo, el monóxido de nitrógeno (NO) y el dióxido de nitrógeno (NO 2). En muchas ciudades españolas, la contaminación del aire exterior con óxidos de nitrógeno está por encima del valor límite. Los estudios sugieren que una alta concentración de óxido nítrico puede provocar enfermedades.
- Olores desagradables: las causas de los olores desagradables son variadas y están asociadas con una mala calidad del aire.
- Polvo fino y polen: la contaminación del aire con polvo fino y polen también deteriora la calidad del aire y es particularmente problemática para las personas alérgicas.
- Virus y gérmenes: los patógenos del resfriado, gérmenes y virus se desarrollan fácilmente sobre todo en habitaciones cerradas con el típico aire seco de la calefacción en invierno. Esto se debe a que la sequedad del aire puede secar las membranas mucosas: los virus y los gérmenes nidifican más fácilmente.
