Más bienestar gracias a un clima interior óptimo
¿Quién no ha tenido problemas con el aire viciado en su sala de estar o en la oficina? Nuestro bienestar depende en gran medida del clima de la habitación y, por tanto, de la temperatura, la humedad, la carga de contaminación, los olores o las corrientes de aire. Un sistema adaptado de ventilación y calefacción es la solución perfecta para garantizar el bienestar y salud en el hogar, protegiéndolo del polen y virus.
¿Por qué es tan importante el clima interior?
Pasamos hasta el 90% de nuestra vida en habitaciones cerradas. Por lo tanto, un clima interior óptimo contribuye de forma importante a nuestro bienestar diario:
- Productividad y concentración: Un contenido de oxígeno óptimo promueve la concentración. Esto también nos hace que seamos más productivos cuando recibimos suficiente aire fresco. Así lo confirma un estudio realizado por la Universidad Británica de Oxford Brookes en colaboración con LCMB Building Performance.
En consecuencia, un clima interior óptimo promueve el rendimiento, la velocidad y la precisión de los empleados; esto se aplica tanto a la oficina como a sus propias cuatro paredes.
- Relajación: estamos más relajados cuando hace calor en invierno y fresco en verano.
- Salud: el aire seco de la habitación irrita las membranas mucosas y provoca tos seca y sequedad ocular. Los contaminantes del aire también pueden provocar una disminución del rendimiento. Por otro lado, las corrientes de aire desagradables a menudo provocan tensión muscular.
El polen, el polvo doméstico y los ácaros pueden provocar reacciones alérgicas. Todo esto puede debilitar su sistema inmunológico y hacerlo más susceptible a virus y enfermedades. Por eso es tan importante la buena calidad del aire.
- Proteger las estructuras del edificio : la humedad excesiva puede fomentar la formación de moho. Si la humedad del aire está en el rango normal, también protege el edificio.
Ventilación doméstica
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Temperaturas: decisivas para el confort térmico
Todo el mundo percibe la temperatura ambiente de forma diferente. Además de la temperatura real y medible, la temperatura percibida también tiene un impacto en nuestro bienestar.
Al especificar la temperatura real se pueden utilizar las recomendaciones de la norma ISO 7730 como guía. Estos son sus valores de referencia para temperaturas "agradables" en diferentes habitaciones:
- Sala de estar y estudio: de 20 a 22 °C
- Habitaciones de niños: de 20 a 22 °C
- Dormitorio: de 16 a 18 °C
- Cocina: de 18 a 20 °C
- Baño: de 24 a 26 °C
- Sótano: de 10 a 15 °C
Las corrientes de aire pueden afectar al bienestar
No importa lo óptima que sea la temperatura: si hay una corriente de aire en la habitación, generalmente nos generará incomodidad. Con una ventilación controlada del espacio habitable es posible evitar corrientes de aire y crear un clima óptimo en tu hogar.
La ventilación puede ser centralizada o descentralizada. Los sistemas centralizados se caracterizan por el hecho de que el aire fresco entra de forma centralizada y se distribuye a las estancias a ventilar. Los sistemas descentralizados permiten el suministro de aire individualizado a cada habitación o planta.
En la fase de planificación, hay que asegurar que:
- Las velocidades del aire permanezcan por debajo de 0,2 m/s.
- Se evitan las turbulencias.
- Las entradas y salidas de aire están posicionadas de forma inteligente.
La humedad
Valor óptimo entre el 40 y el 60%
Una humedad demasiado alta o demasiado baja en los espacios habitables puede tener un impacto significativo en nuestro bienestar.
Si bien el aire demasiado seco puede causar irritación de las membranas mucosas y los ojos, existe el riesgo de formación de moho y daño estructural si la humedad es demasiado alta.
Otros factores de influencia y consejos
Además de la temperatura, las corrientes de aire y la humedad, hay otros aspectos que hay que tener en cuenta como:
La calidad del aire: se define por el contenido de oxígeno en el aire. Incluso las medidas más simples pueden tener un efecto en este sentido. Por ejemplo, las plantas sirven como humidificadores de aire y, con su efecto purificador del aire, ayudan a lograr un alto contenido de oxígeno. Además, los materiales de construcción y el mobiliario también juegan un papel. Las pinturas, aceites, productos de limpieza y pinturas afectan a la calidad del aire de la misma forma que los virus o el polen.
La iluminación: a menudo se descuida, pero es muy importante para conseguir un clima agradable en la habitación. Un espacio habitable óptimo debe disponer de mucha luz natural, suficiente iluminación artificial con un color de luz apropiado y sin reflejos molestos. Los conceptos de iluminación inteligente también contribuyen a un mayor bienestar.
La psicología del color: los colores predominantes también influyen en nuestro bienestar espacial. Ciertos colores pueden influir en la percepción de las temperaturas.
El sonido: los factores acústicos perturbadores afectan a nuestro bienestar, especialmente en calles concurridas, en la ciudad o en obras de construcción. La ventilación controlada del espacio habitable también puede ayudar. Al fin y al cabo, puedes mantener las ventanas cerradas fácilmente en días muy calurosos y disfrutar de la paz y la tranquilidad.
Ventilación doméstica en edificios nuevos y antiguos
La ventilación controlada del espacio habitable muestra sus ventajas sobre todo en edificios en los que el alto nivel de aislamiento reduce el aporte de aire natural. Este es el caso de los edificios nuevos, porque en ellos son comunes los altos estándares de aislamiento.
Por lo tanto, la ventilación periódica es particularmente importante en los edificios nuevos. Un sistema de ventilación central de la vivienda se encarga de ello automáticamente y al mismo tiempo protege de ruidos molestos. Tiene sentido pensar en la ventilación del espacio habitable central antes de iniciar la construcción. Los cables y tuberías para la ventilación central pueden ocultarse en las paredes y techos.
Incluso en edificios antiguos con un estándar de aislamiento bajo, la integración de un sistema de ventilación tiene sentido bajo ciertas condiciones. Pero aquí es más fácil instalar una ventilación descentralizada en el espacio habitable, que suministra aire fresco a ciertas habitaciones según sea necesario; por ejemplo, puede reducir la humedad en el baño. Con esta medida, los conductos de ventilación se colocan en habitaciones individuales mediante una perforación o una abertura en la pared. De esta forma se evita el exceso de humedad y la formación de moho.
