Como todos los equipos técnicos, la calefacción a gas también pierde eficiencia con el tiempo. Por eso, si tu caldera ya es antigua, puede valer la pena ir pensando en un cambio de calefacción, aunque aparentemente siga funcionando. Esto podría ahorrar costes a largo plazo. Una caldera a gas de más de 10 años de antigüedad, que ha sufrido averías y ocasiona un aumento en el consumo de gas ya no es rentable. Estos son indicios de que se debería cambiar pronto. Ahora que hay subvenciones para modernizar los sistemas de calefacción, puede ser un buen momento para dar ese paso.
Calefacción de gas:
Cómo hacer de ella una alternativa más sostenible
La calefacción de gas es, desde hace mucho tiempo, uno de los sistemas más utilizados y populares, pero hoy en día ya no es la opción más sostenible. Sin embargo, a través de nuevas tecnologías e hibridación, es posible hacer de ella una alternativa más respetuosa del medioambiente. Aquí te enseñamos todo lo que necesitas saber.
Los sistemas de calefacción de gas modernos utilizan una tecnología llamada condensación. Estas calderas hacen un buen uso del gas como combustible, lo que las hace especialmente ahorradoras. En comparación con los modelos antiguos, las calderas de condensación a gas son hasta un 30% más eficientes. Esta tecnología permite aprovechar el calor o el contenido energético de los humos (poder calorífico superior), lo que ahorra una valiosa cantidad de energía, al contrario que los generadores viejos que pierden mucho calor por la chimenea.
El humo de las viejas calderas estándar ronda los 220 °C y el de las calderas de baja temperatura es de unos 160 °C. Una caldera de condensación a gas moderna expulsa los gases de combustión a solo 60 °C aproximadamente, lo que ahorra mucho combustible y, con ello, costes de calefacción. Cambiar la vieja caldera por un modelo de condensación es, por tanto, una forma práctica y rentable de ahorrar costes y contribuir a la protección del medioambiente.
05. Conclusión: La inversión se amortiza rápidamente
Con una caldera de condensación a gas, el hogar se calienta de manera más eficiente, económica y fiable, y la inversión se amortiza en unos pocos años. El sistema debe adaptarse al usuario y al edificio realizando ajustes en la regulación para lograr un buen efecto de condensación. Esto permite ahorrar costes de calefacción a largo plazo. Si buscas calentar tus espacios de una manera incluso más segura para el futuro y respetuosa con el medioambiente, pero no quieres perder el confort de una caldera de gas, debes invertir en una instalación híbrida. Vale la pena, ya que también es posible beneficiarse de atractivas subvenciones.
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Preguntas frecuentes sobre la calefacción de gas
Las viejas calderas a gas ya no aportan la eficiencia que uno espera de un sistema moderno de calefacción. En cambio, las nuevas tecnologías como las calderas de condensación o las bombas de calor son más ahorradoras, eficientes y respetuosas del medioambiente que los modelos clásicos. Además, posiblemente encontrarás atractivas subvenciones para la modernización si eliges uno de los sistemas nuevos.
La bomba de calor es uno de los sistemas térmicos más ahorradores y sostenibles del mercado, pues hacen uso de la energía ambiental para calentar la vivienda. Su hibridación con un sistema a gas es una forma fácil y económica de modernizar la calefacción sin incurrir en grandes trabajos de rehabilitación, por lo que es una inversión que se recupera rápidamente. Además, la bomba de calor puede actuar igualmente como aire acondicionado y provee ventilación y ACS.
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